"De repente, si creo en Dios, existe. Y si alguien a mi lado no cree en Dios, no existe, en su mundo, tan legítimo como el mío. (...) ... creo que el verbo creer guarda una relación de equivalencia con el verbo crear, sobre todo cuando se conjugan en primera persona: yo creo. (...) yo creo, que cuando creo algo, lo creo." (J.G. "Piti" Fernández)
Las cosas no se ven como son, se ven como somos -toda vez que proyectamos lo que nos compone. Creer en algo implica darle forma en nuestro consciente, proyectarlo, ubicarlo en un tiempo, crearlo. Crear, importa ejecutar el verbo "hacer" en la construcción de algo no percibo anteriormente -o sí, de tener presente el Aúryn- de idéntica forma, algo que importa confiar en su nueva existencia, un resultado inevitable de creer. Puesto que crear no es creer, como la papa no es puré, el tiempo que impone todo escenario es resultado y no respuesta del entorno. Citando un vez más al Sr ut supra mentado: "si el tiempo existe desde que el humano lo subdividió ¿porqué temerle tanto a un programa que él mismo dio a luz?"; me doy por aludida en el compromiso de no volver a usar reloj y a desconfiar de la gente que lo usa. Igual que el control remoto, los despertadores deberían estar prohibidos, las reglas son las rejas tras las que encerramos a ese lobo, no tan lobo del hombre.
"Tener fé significa no querer saber la verdad."
(F. Nietzsche)
