Mágica potencialidad

Existe, aquella magia con la que los artistas plasman el amor. Existe. La conocí una tarde de primavera, y no se parece a ninguna palabra que antes haya sido empleada; entiendo que por eso cuesta tanto reconocerla... Es fuerte, y excede al lenguaje en la constatación de la imaginación, disimula el advenimiento del Ego con certeza inconsciente, retuerce el significado de la lógica hasta enchufar los transmisores que empujan... Así de imaginable es, y más. Infinita.

Y si el infinito es el estado de la conciencia que reconoce no reconocer límites, se trasluce que el encasillamiento que se nos impuso -por definiciones- en el mundo material, encontró el espacio para filtrarse en el imaginario del diccionario. Cada palabra es, sin más, el resultado de la construcción de cada ser humano, y a la vez, la causa -circulo virtuoso para la limitación, circulo viciosos para la dominación-; sin embargo y a pesar, definimos infinito, le pusimos un símbolo y no nos dimos herramientas para explicarlo. La mágica potencialidad es igual, y a la inversa, porque da lo mismo. La mágica potencialidad es ser consientes de la percepción inconsciente del infinito, de lo que no se supo limitar, y ahí encontrar el amor, que se retroalimenta, creyendo mientras crea... La materialización intangible del "yo creo". Así aprendí a amar, creyendo en el poder creador de la imaginación y estando dispuesta a encontrar lo que nunca deje de buscar.

Y hoy amo, me amo, lo amo, nos amo.